martes, 3 de julio de 2007

ENCARGOS Y ORGANIZACIÓN FAMILIAR: HACER PENSAR Y HACER HACER(Autor: Emili Avilés)


Encargos y organización familiar (IV): hacer pensar y hacer hacer

Poco a poco aprenderán a disfrutar al ver que hacen más felices a los demás; veamos qué pueden hacer en casa cada día.

La familia ofrece a todos sus miembros algo que necesitan para desarrollarse: la oportunidad de aportar, de “construir” la casa con sus esfuerzos, de aprender a auto-dominarse. Ello supone el uso de las facultades específicamente humanas: la inteligencia y la voluntad.

Necesitamos todos un pequeño cambio, porque a veces no tratamos a los hijos o alumnos como seres capaces de darse a los demás, como personas que pueden aportar algo, sino como seres de necesidades, proporcionándoles muchos bienes materiales que no siempre les hacen falta y privándolos de ayudar y de comunicar sus iniciativas.

Por eso es importante que la participación de los hijos ponga a prueba dichas facultades, por medio del pensamiento y de la puesta en práctica de sus ideas.

Como dice un amigo: “No basta hacer hacer. Es necesario, también, hacer pensar”.

Y una manera sencilla de hacer pensar a niños y mayores es explicarles a cada una y a cada uno, personalmente, las consecuencias que podría tener no cumplir con su respectivo encargo: Si tú no dejas a secar las toallas por la mañana..., si tú no abres el buzón de las cartas..., si tú no preparas el desayuno…, si tú no dejas el abrigo en su sitio…, si tú no vas a comprar el pan a primera hora de la mañana,…

En todo caso, comprobaremos como, poco a poco, ganan en ver mejor lo que necesitan los demás, en saber qué pueden hacer para ayudar a ser más felices a los otros y hacerlo efectivamente, en la medida de sus posibilidades pero sin temer el qué dirán.

Así, todos encontramos en las pequeñas tareas familiares un gran medio de afirmación propia y de autoestima. Entonces, se ve el “sitio” claro de cada uno en el hogar, se saben valorados, necesarios y muy queridos. Estará clarísimo que, sobre ese “asunto”, la casa depende de ese hijo o hija y los demás se han de fiar y evitar interferencias o pequeñas invasiones de “territorio”.

¿Qué y cuándo?

Decíamos que según las peculiaridades de cada hijo buscaremos unos u otros encargos. Antes de pasar a relacionar una larga lista de ellos, vale la pena recordar que, incluso cuando ya son adolescentes, hay un tipo de actividades o tareas que podemos denominar “de autonomía personal” en las que todos han de poner un pequeño esfuerzo diario.

Desde peinarse por la mañana o atarse bien los zapatos, hasta lavarse los dientes antes de ir a descansar o dejar en lugar fijo sus carpetas de trabajo.

Eso, como también hacer lo que toca sin distraer ni molestar a los demás, facilitará la organización familiar y el buen ambiente de convivencia. Habrá tiempo para el descanso y tiempo para el trabajo. Y todo con mucha paz; será la tranquilidad y la seguridad que da el saber que no estamos solos en el esfuerzo, somos un equipo y en caso de debilidad tenemos a alguien de la familia siempre cerca nuestro.


TAREAS QUE PUEDEN HACER LOS HIJOS, SIEMPRE Y TODOS LOS DÍAS

- Hacer su cama.
- Ordenar su habitación y el baño.
- Ordenar sus juguetes, ropa y escritorio.
- Avisar de los desperfectos de su ropa y material de trabajo; pedir ayuda para arreglarlos (coser un botón, comprar lápices o libretas,…).
- Apagar las luces que no son necesarias.
- Dejar en su lugar el DVD que vio, el disco que escuchó, o el diario que leyó.
- Colocar en el lugar previsto las carpetas y mochilas de la escuela.
- Dejar la habitación o el salón bien ordenados después de jugar.
- Ir a comprar el pan o el diario.
- Ayudar en las tareas de cocinar.
- Contestar el teléfono.
- Poner o quitar la mesa.
- Vaciar el lavavajillas cuando haya terminado.
- Sacar la basura.
- Cepillar zapatos de todos.
- Preparar el desayuno a sus hermanos.
- Despertar a sus hermanos pequeños.
- Acostar a los peques, o cuidar de ellos, cuando los padres están fuera.
- Barrer el comedor o la terraza.
- Hacer las camas de los pequeños.
- Retirar el correo del buzón y dejarlo en casa.
- Tender la ropa, o bien ponerla en la secadora.

- Cuidar y alimentar al perro, gato o canario.
- Abrir y cerrar ventanas y persianas cuando sea necesario.
- Bendecir la mesa en las comidas.
- Repartir la ropa limpia a sus hermanas y hermanos.
- Dirigir y acompañar en los juegos a otros hermanos más pequeños.

PARA HACER CADA SEMANA, O EN EL TIEMPO QUE SE CONCRETE

- Pequeñas tareas en la cocina como preparar y aliñar las ensaladas, batir huevos, rayar zanahorias, etc.
- Ayudar a confeccionar el menú de comidas y cenas, semanal.

- Administrar el antivirus y las actualizaciones del ordenador familiar.
- Ordenar el armario de juguetes.
- Ordenar los murales de horarios, anotaciones, dibujos, etc.

- Regar las plantas y/o el jardín.
- Explicar matemáticas o inglés a un hermano pequeño.
- Ordenar las estanterías de los libros.

- Hacer compañía a la abuelita.
- Hacer algún arreglo sencillo en la casa.

- Ayudar a limpiar el coche.

- Poner la lavadora.

- Enseñar a utilizar el ordenador, a otros hermanos.

- Planchar o doblar la ropa.

- Orden y revisión de la despensa.
- Preparar lista de la compra.

- Acompañar a papá y mamá a comprar y a hacer gestiones diversas.



En fin, seguro que se os ocurren muchos encargos más. Pero, ¿no os parece que una buena organización familiar y una buena distribución de tareas es, sobre todo, un medio de amor, de mejora personal y unidad familiar?

Como dice un buen amigo, el amor es como los idiomas, que si no los cultivas cada día, se olvidan. Pues actualicemos el amor en detalles, concretos y cotidianos.

¡Que en eso estemos todos!

martes, 19 de junio de 2007

ASPECTOS LEGALES DEL MENOR, RELACIONES ENTRE PADRES, HIJOS Y CENTRO EDUCATIVO


Ponente: EMILIO CALATAYUD ((Magistrado juez de Menores)

1. Resumen de la exposición teórica

La regulación legal de nuestra responsabilidad civil en el Código Civil es la siguiente:

CAPÍTULO I: Disposiciones Generales

Artículo 154

Los hijos no emancipados están bajo la potestad del padre y de la madre.
La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y comprende los siguientes deberes y facultades:

1º Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.
2º Representarlos y administrar sus bienes. Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten.
Los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad. Podrán también corregir razonable y moderadamente a sus hijos.

Artículo 155

Los hijos deben:

1º Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre.
2º Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.

Artículo 156

La patria potestad se ejercerá conjuntamente por ambos progenitores o por uno solo con el consentimiento expreso o tácito del otro. Serán válidos los actos que realice uno de ellos conforme al uso social y a las circunstancias o en situaciones de urgente necesidad.
(…)

En defecto o por ausencia, incapacidad o imposibilidad de uno de los padres, la patria potestad será ejercida exclusivamente por el otro.
Si los padres viven separados, la patria potestad será ejercida por aquél con quien el hijo conviva. Sin embargo, el juez, a solicitud fundada del otro progenitor, podrá, en interés del hijo, atribuir al solicitante la patria potestad la patria potestad para que la ejerza conjuntamente con el otro progenitor o distribuir entre el padre y la madre las funciones inherentes a su ejercicio.

CAPÍTULO II

De las obligaciones que nacen de la culpa o negligencia

Artículo 1902

El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado.

Artículo 1903

La obligación que impone el artículo anterior es exigible, no solo por los actos u omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder.
Los padres son responsables de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda.
Los tutores lo son de los prejuicios causados por los menores o incapacitados que estén bajo su autoridad y habitan en su compañía.
Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento o empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos en que los tuvieren empleados, o con ocasión de sus funciones.
(…)
Las personas o entidades que sean titulares de un Centro docente de enseñanza no superior responderán por los daños y perjuicios que causen sus alumnos menores de edad durante los periodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o vigilancia del profesorado del centro, desarrollando actividades escolares o extraescolares y complementarias.
La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en él mencionadas prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño.

Artículo 1904

(…)
Cuando se trate de Centros docentes de enseñanza no superior, sus titulares podrán exigir de los profesores las cantidades satisfechas, si hubiesen incurrido en dolo o culpa grave en el ejercicio de sus funciones que fuesen causa de daño.


LEY DE RESPONSABILIDAD PENAL DEL MENOR

TÍTULO PRELIMINAR
Artículo 1. Declaración general

1. Esta Ley se aplicará para exigir la responsabilidad de las personas mayores de catorce años y menores de dieciocho por la comisión de hecho tipificados como delitos o faltas por el Código penal o las leyes penales especiales.
Artículo 3. Régimen de los menores de catorce años

Cuando el autor de los hechos mencionados en los artículos anteriores sea menor de catorce años, no se le exigirá responsabilidad con arreglo a la presente Ley, sino que se le aplicará lo dispuesto en las normas sobre protección de menores previstas en el Código Civil y demás disposiciones vigentes. El Ministerio Fiscal deberá remitir a la entidad pública de protección de menores testimonios de los particulares que considere precisos respecto al menor, a fin de valorar su situación, y dicha entidad habrá de promover las medidas de protección adecuadas a las circunstancias de aquel conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero.

Artículo 61.3

Cuando el responsable de los hechos cometidos sea un menor de dieciocho años, responderán solidariamente con él de los daños y perjuicios causados sus padres, acogedores y guardadores legales o de hecho, por este orden. Cuando estos no hubieren favorecido la conducta del menor con dolo o negligencia podrá ser moderada por el Juez según los casos.
(…)

2. Tareas recomendadas a los padres

Recogemos un decálogo usado por el ponente. Debe ser entendido, no en el tono irónico en el que inicialmente fue redactado, sino como tareas a realizar por los padres:

1.-Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2.-No le dé ninguna educación espiritual. Espere que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3.-Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto le animará a hacer mas cosas graciosas.
4.-No le regañe nunca ni le diga está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5.-Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes...hágaselo todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6.-Déjele leer todo lo que caiga en sus manos, cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero que su mente se llene de basura.
7.-Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre.
8.- Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.
9.- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10.-Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos, etc. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle.

TRASTOPRNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON O SIN HIPERACTIVIDAD


Ponente: Francisco Díaz Atienza

El TDAH es un trastorno de causa aún no totalmente conocida aunque recientes estudios apuntan a que se trata de una patología de base neurobiológica y en donde pueden estar implicados factores genéticos y ambientales. Actualmente se considera que el Déficit de Atención con Hiperactividad está relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina

Este trastorno se manifiesta por tres grupos de síntomas: inatención, impulsividad, e hiperactividad. Dichos síntomas deben ser más frecuentes, intensos y duraderos que los propios de la edad y producir alteraciones significativas en la adaptación escolar, familiar o social. Se distinguen tres subtipos de TDAH:

a) Subtipo combinado, cuando se dan los tres grupos de síntomas;
b) Subtipo hiperactivo-impulsivo y
c) Subtipo atencional.

Los niños con TDAH son muy "movidos" e impulsivos, y tienen problemas para prestar atención y para concentrarse. Aún a pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos, movimiento constante de los pies o las piernas, etc.).
El TDAH es un trastorno del comportamiento relativamente frecuente pues alrededor del 5% de todos los niños. Afecta más a los varones (3:1). Cabe esperar que en un aula escolar normal se encuentre al menos un alumno que presente un TDAH. Es un problema que se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta, aunque los síntomas y en especial la hiperactividad suele atenuarse, produciendo gran malestar emocional al sujeto y familiares.

Un niño con TDAH que no recibe un diagnóstico y/o un tratamiento correctos tiene altas probabilidades de sufrir, a lo largo de su desarrollo, un notable deterioro de su rendimiento escolar, de sus relaciones familiares y de su entorno social.
Alrededor del 50% los niños con TDAH presentan además otras alteraciones (comorbilidad) siendo las más frecuentes el Trastorno Negativista Desafiante, los Trastornos de Conducta, Trastornos Emocionales (ansiedad, depresión) y Alteraciones Específicas del Aprendizaje (acalculias, dislexia...).

En la evaluación la entrevista a los padres es decisiva. Frecuentemente es difícil confirmar el diagnóstico de TDAH sólo con la entrevista del niño o del adolescente, ya que algunos niños y muchos adolescentes son capaces de mantener la atención y el control conductual mientras están en la consulta. Además, no es frecuente que perciban las dificultades propias, y no son capaces de referirlas adecuadamente. Son especialmente importantes las preguntas acerca de la historia familiar de TDAH, otros trastornos psiquiátricos, y problemas sociales (p. ej. pobreza, psicopatología parental o ausencia de ésta, conflictos familiares), dada su relación con el pronóstico. Hay que descartar la existencia de alteraciones sensoriales siendo conveniente además la realización de un EEG, hemograma y bioquímica que conlleve el estudio de la función tiroidea afín de descartar otras causas. El diagnóstico siempre es clínico y se debe recoger información de diferentes contextos relevantes en la vida del niño (familia y escuela). No es necesario ninguna prueba médica para corroborar el diagnóstico.
El tratamiento debe ser multimodal (médico, psicológico, pedagógico y orientación familiar). Los objetivos del tratamiento del TDAH son: a)Mejorar o anular los síntomas-guía del TDAH; b)Reducir o eliminar los síntomas asociados y, c) Mejorar las consecuencias del TDAH: aprendizaje, lenguaje, escritura, relación social, actitud/comprensión en el entorno familiar, etc
Los tres pilares básicos del son: a) Información exhaustiva a padres y profesores; b) Tratamiento farmacológico y, c) Tratamiento psicológico y psicopedagógico.
El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene que individualizarse en cada niño, identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada por el mismo. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes (en nuestro país el único disponible es el metifenidato) que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina.


Consejos para padres:
• Educar un niño con TDAH es una tarea difícil. Los padres deben prestarse apoyo, no culpabilizar al otro de lo que está sucediendo y ser coherentes. Confirme el diagnóstico de TDAH en su hijo mediante profesionales capacitados. No es que no quiera es que no puede.
• Llevar a cabo estrategias que faciliten al niño el desarrollo de sus habilidades sociales. No tienda al asilamiento familiar ni social.
• Provea a su hijo de un ambiente tranquilo, sin distractores y con un control y supervisión estrecho.
• Establezcan límites claramente delimitados.
• Haga un listado sólo de aquéllos comportamientos que considera más inaceptables, ignorando lo demás afín de no entrar en discusiones generalizadas y en guerras innecesarias.
• Establezcan consecuencias positivas o negativas claramente.
• Organicen y supervisen su agenda. Secuencie las tareas en partes con ligeros descansos.
• Recompensen a su hijo frecuentemente y en especial, de forma cercana al momento en que ha exhibido un buen comportamiento. Prefiera las recompensas (¡Qué bien que has hecho esto!) a los castigos (¡Nunca vas a cambiar!). Premien, alienten, aprueben y asistan más que corregir y castigar.

Fomentando la responsabilidad. Los encargos en casa, los premios y los castigos. ¿Cómo, cuándo y en qué medida?


Ponente: PACO MARTÍN.

Fomentando la responsabilidad. Los encargos en casa, los premios y los castigos. ¿Cómo, cuándo y en qué medida?

Entendemos por desarrollo el conjunto de cambios que se dan en una persona debido a factores ambientales y de maduración, con el fin de adaptarse al medio. Ese desarrollo al que nos referimos, se produce en cuatro grandes ámbitos: intelectual, corporal y motor, afectivo, social y moral. Son varios los agentes que intervienen. Los más importantes, la familia (el primero y fundamental) y la escuela; sin olvidar la importancia que tienen los amigos, los medios de comunicación… Familia y escuela son, como ya apuntábamos antes, los dos pilares fundamentales sobre los que recae la tarea de educar, y por lo tanto es necesaria la colaboración entre ambas.

¿Qué entendemos por Responsabilidad?

- La habilidad para responder adecuadamente a las situaciones que se le presentan, dentro de los límites de las normas sociales y de las expectativas comúnmente aceptadas.
- Capacidad para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

¿Cómo educar a nuestros hijos en la responsabilidad?

Antes mencionábamos que en el proceso de desarrollo juega un papel determinante el medio o ambiente en el que se produce, y que son dos los agentes fundamentales: familia y escuela. Dependiendo del modelo familiar, el desarrollo se producirá en una u otra dirección. Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos afirmar que hay cuatro modelos de familia tipo: Autoritaria, permisiva, sobreprotectora, asertiva. Cada modelo genera genera un determinado estilo educativo.

En el aprendizaje de la responsabilidad juegan una papel importante las NORMAS. La vida social está llena de normas. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el proceso de socialización es un proceso de asunción de pautas sociales y culturales que básicamente son normas. SIN NORMAS, NO HAY SOCIALIZACIÓN, NO HAY EDUCACIÓN.

Para educar a nuestros hijos en la responsabilidad, es necesario:
- Presentarle modelos responsables (nosotros mismos).
- Crear expectativas positivas.
- Utilizar tareas y obligaciones para crear responsabilidad.
- Ser coherente. Evitar ser arbitrario.
- Presentar un sistema de recompensas por ser responsables.
Por último, en este proceso de educar en la responsabilidad, vamos a abordar lo que podríamos denominar “reforzadores”: unos de tipo positivo, los premio; otros de tipo negativo, los castigos. Ambos comparten finalidad: facilitar la adquisición de determinadas conductas.

LOS PREMIOS Y LOS CASTIGOS pretenden reforzar determinados hábitos o conductas.

Según la inmediatez de la conducta pueden ser previstos o imprevistos.
Según el componente: afectivos, materiales, relacionados con la autonomía.


Hay que tener en cuenta que los premios pueden modificar la conducta, pero no necesariamente las actitudes y motivaciones, por lo que hay que combinarlos con otras acciones educativas.

EL PAPEL DE LOS PADRES, PROFESORES Y CENTROS EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS. ¿CÓMO DEBE SER UNA RELACIÓN EFICAZ CON LOS PROFESORES DE MI HIJO?


Ponente: JUAN SANTAELLA

1.-La educación es una actividad penosa, hay que ir contra corriente y requiere esfuerzo y dedicación.

2.-Los padres, a través de la familia, son el mejor medio para socializar y educar.

2.1.-En ella se aprende la lengua, el afecto, los valores, los comportamientos…
2.2.-Valores aprendidos en familia más arraigo que ningún otro y se aprenden vivencialmente, es decir, con el ejemplo (por eso es difícil reeducar).
2.3.-No todos los padres cumplen adecuadamente su función: a los niños no se les puede mimar, sino que hay que formarles el carácter, exigirles deberes, no hurtarles la realidad, etc.
2.4.-Podemos distinguir cuatro tipos de padres que no saben educar: autoritarios, postmodernos, empresarios y ocupados.
2.5.-Los buenos educadores son responsables, educan en valores y son amorosos y exigentes al mismo tiempo.

3.-A través el PCC y del ROF, los centros han de cumplir los siguientes objetivos:

3.1.-Han de educar para la convivencia, no como medio sino como fin.
3.2.-Han de crear comunidad, educando para la ciudadanía e integrando.
3.3.-Educación ha de ser intercultural, y ha de prevenir la violencia.
3.4.-Han de generar un clima escolar adecuado: relacional, educativo, de seguridad y de pertenencia.
3.5.-En estas labores juegan papel esencial el Equipo Directivo y el Departamento de Orientación, poniendo en marcha programas preventivos.

4.-Los profesores también tienen la obligación de educar. Tema debatido hoy.

4.1.-Hay padres que dejan labor educar en profesores y les niegan autoridad.
4.2.-Relación con alumno basado en respeto, confianza y participación.
4.3.-Relación con padres basada en colaboración, información y apoyo mutuo.
4.4.-Relación entre profesores se basa en trabajo conjunto y cordialidad.
4.5.-Necesario crear equipos educativos, evitando reinos de Taifas.

5.-El tutor es pieza clave en el sistema educativo.

5.1.-Hay que elegirlos adecuadamente.
5.2.-Posibilita la relación entre padres, profesores y alumnos.
5.3.-Ha de promover en alumnos las siguientes actitudes: la autonomía, la libertad, la responsabilidad, la participación y la valoración crítica.
5.4.-Su intervención ante el alumno debe ser preventiva, compensadora y con respeto a la diversidad.
5.5.-Contacto con padres en ámbitos personal, académico y profesional.


6.-Conclusiones:

6.1.- La educación es una tarea compartida de padres, profesores y alumnos.
6.2.-Ha de existir una estrecha relación entre escuela, familia y sociedad.
6.3.-La educación ha de basarse en el esfuerzo, el respeto y el afecto.
6.4.-Hay que prevenir la violencia y atajarla cuando se produzca.
6.5.-Toda educación que no humaniza ni encierra valores es estéril.


TAREAS

1.- Es necesario que el matrimonio analice qué tipo de padres son: ¿autoritarios, permisivos, empresarios, demasiado ocupados o auténticos educadores que se basan en el cariño, en la exigencia, en el respeto y en el diálogo?

2.-¿Son conscientes como padres de que todo lo que ven y oyen sus hijos los está marcando para el futuro? Si ven violencia, generarán violencia; si ven respeto y diálogo, lo reproducirán después; si ven que sus padres viven ciertos valores, ellos los practicarán más tarde; si ven que sus padres son educados, ellos lo serán después…

3.-¿El centro educativo al que asisten sus hijos fomenta la convivencia, crea comunidad, previene la violencia, pone en marcha programas formativos, hay un clima de relación agradable, educa en valores, su hijo y ustedes se sienten identificados con él? ¿Cómo pueden colaborar para lograr ese tipo de centro?

4.-¿Las relaciones con los profesores de su hijo, sobre todo con el tutor, son fluidas, constantes y agradables o acaso hay recelo y tensión en ellas? ¿Cómo pueden ustedes colaborar a hacerlas más fructíferas y confiadas?

5.-Un medio importante de participación en la vida del centro es a través de la Asociación de Padres de Alumnos. ¿Es usted miembro de ella? ¿Participa habitualmente en sus actos y reuniones? ¿Organiza con otros padres conferencias, coloquios y encuentros para acertar en la educación de sus hijos y para incidir positivamente en el centro educativo de éstos?


Fdo: Juan Santaella López. Catedrático de Instituto y Doctor en Pedagogía.

Fomentando la responsabilidad: los encargos en casa, los premios y los castigos. Cómo, cuándo y en qué medida.


Ponente: RAFAEL G. ESPIGARES (Fundación Escuela y Familia)

A) Resumen de la parte teórica:

1. La importancia del ejemplo de los padres para educar en la responsabilidad a sus hijos. Tener en casa una actitud activa.
2. Uso responsable de la televisión y videojuegos. Dialogar con los hijos por qué se debe ver o no ver un programa o un videojuego.
3. Uso responsable y adecuado de las lecturas, comentar con los padres lo que leen.
4. Facilitar la sinceridad, alabándoles cuando lo sean, y dándoles ejemplo.
5. Premios y alabanzas que se merecen los hijos. crear una sinergia positiva.
5. Castigos para hacerles más responsables: no transigir en las faltas de respeto ni tener miedo a ejercer la autoridad.
6. Relación de posibles premios o castigos adecuados según la edad.
7. Los derechos del niño. También deben ver para hacerlos responsables que se le respetan sus derechos.
8. Responsabilidad en los gastos. No dejarse llevar por la mentalidad consumista. Que sepan valorar lo que tienen.
9. Discernir en lo que se debe exigir y en lo que se debe respetar la libertad de los hijos.
10. Las tareas del colegio como ayudarles a que sean responsables para que rindan según su capacidad.

B) Tareas recomendadas a los padres:

1. Enseñarles y exigirles cuidar el orden en su habitación y con lo que utiliza.
2. Revisar sus tareas escolares diariamente y comprobar que las hacen ordenadamente y lo mejor que pueden. Hacérselas repetir cuando no sea así.
3. Tener un encargo en casa y que lo viva con responsabilidad.

Conflicto, agresividad y violencia: la necesaria reconceptualización.


Ponente: JOSÉ ANTONIO PAREJA

Para empezar es necesario que entendamos perfectamente lo que significa conflicto y no cometamos equivocaciones, desgraciadamente cotidianas, en su conceptualización. Esto implicaría errar en la intervención propuesta para su solución.

Por tanto, y desde estas primeras líneas, ha de quedar claro, que intrínsecamente el conflicto no es “malo”, negativo o contraproducente; no es más – ni menos – que confrontar dos ideas, posturas, intereses…. Ante una situación determinada y que persiguen un mismo fin u objetivo; y en este sentido, podemos observar en nuestra rutina diaria multitud de ellos y que, además, solemos “resolverlos de forma satisfactoria. Por tanto la naturaleza del conflicto es neutra mientras que son los distintos comportamientos y conductas que desarrollamos para gestionarlo lo que derivará en consecuencias positivas o negativas.

Así, y concretando un poco más, el conflicto surgirá en cualquier situación social en la que se suelan compartir espacios, tiempos, objetivos, actividades, normas… por lo que a nadie escapa que la escuela sea uno de los ámbitos característicos en los que fácilmente se desarrollan. El que aparezcan con esta cotidianeidad, probablemente junto con la falta de i9nformación y formación al respecto, unos de los factores que facilitan esa mala conceptualización a la que nos referíamos. Un conflicto no es necesariamente un fenómeno violento, ni siquiera agresivo, si bien ocasionalmente y cuando no se abordan de forma adecuada, puede llegar a derivar en situaciones que deterioran el clima de convivencia positiva para degenerar en fenómenos de agresividad y violencia cuya etología es difícil de determinar por los implicados.

Dicho de otra forma, el trabajo conjunto y cotidiano junto con las emociones, sentimientos y afectos crean redes de vínculos sociales estables que, obviamente, afectan a la comunicación y entendimiento mutuo, para bien y para mal. Este tipo de relaciones interpersonales estables generan expectativas que con frecuencia vienen caracterizadas por el buen entendimiento mutuo, pero que también puede convertirse en la causa de malos entendidos que van creando tensiones que deterioran los formatos de comunicación, inhiben sentimientos y terminan por transformar la empatía en resentimiento. Si la convivencia degenera en esto, nos enfrentamos a conflictos críticos cuya resolución no puede ser ya espontánea.

Asimismo , y en esta misma línea explicativa, para entender, comprender y poder explicar el fenómeno de la agresividad humana, y en última instancia el de las conductas violentas, hemos de considerarlas como unas formas de comportamiento (entre los múltiples que puede llevar a cabo el sujeto) muy ligado a la situación conflictiva en la que vive y que, por tanto, puede desarrollarse de las más diversas maneras. Y para corroborar esta afirmación basta pensar como los individuos considerados agresivos no siempre lo son – ni siquiera en situaciones semejantes – y los que no están considerados como tales, tampoco se comportan constantemente de forma pacífica.

Si hasta aquí ya puede vislumbrarse la dificultad que implica investigar sobre el tema, aún queda lo referente a la legitimación social. En esta línea, los ataques lesionantes pueden o no ser considerados como conductas agresivas dependiendo del contexto en el que se desarrollen (recordemos, también, como si unos padres castigan a un hijo, no suele interpretarse como un comportamiento motivado por un sentimiento agresivo, puesto que es algo que está socialmente permitido).

En este sentido, la Psicología se ha interesado desde siempre por entender la naturaleza de la agresividad humana ofreciendo varias tentativas de explicación; si bien es cierto que algunas de estas son susceptibles de revisión, también lo es que algunas otras permiten, cuando menos, reflexionar al respecto y posicionarse con algo de sensatez sobre el tema. Así como el estudio del comportamiento agresivo ha sido abordado desde diversos marcos conceptuales que podría englobarse, grosso modo, en dos grandes bloques: las teorías puramente biológicas y las referidas al contexto social , y muchos han aportado una definición al respecto.

Pero como primera aproximación al término, podemos entender la agresión como cualquier forma de conducta que pretenda herir, sea física y/o psicológicamente a alguien (berkowitz, 1996) y, si se revisan algunas otras definiciones, puede observarse que este tipo de conductas son caracterizadas como un tipo de trastorno de la personalidad y/o del comportamiento que trasciende al propio sujeto (manuales de diagnóstico de los trastornos mentales DSM – IV y CIE. 10; APA, 1994 y OMS, 1992, entre otras). Así, el motivo más ampliamente aceptado como generador de estas conductas es el deseo de herir, pero como es natural no siempre es la finalidad última de dichas conductas, p.e., demostración de poder. Por tanto, la conducta agresiva no tiene siempre el mismo móvil, pudiéndose distinguir entre agresión instrumental y agresión hostil. En tanto que la primera se refiere a un uso de la violencia cuyo fin es distinto de la mera agresión, con el segundo tipo de conducta el sujeto sí busca, con su comportamiento, provocar daño a otro.

Además de todo esto no se puede olvidar la circunstancia de la agresión tampoco está siempre bajo el control de quien la ejerce; frases como “…no sabía lo que hacía” , o “…me volví loco, perdí el control de mis actos”, parecen fortalecer la idea de que, además de ser un fenómeno multifactorial, trasciende al propio sujeto.

Por tanto y recogiendo las ideas generales que se desprende de lo hasta aquí expuesto, puede aceptarse que a una agresión puntual está todo el mundo expuesto, ahora bien, cuando el hecho o el fenómeno de la violencia trasciende el plano de lo anecdótico, aislado o esporádico convirtiéndose en cotidiano se transforma en un problema social, sobre todo si ocurre en el ámbito escolar o si afecta a menores puesto que esto afecta directamente a las estructuras, a la base de las relaciones sociales.

Es conveniente, también, diferenciar entre agresividad y violencia. Ha de optarse porque la responsabilidad de la agresividad debe ser compartida, puesto que surge de las necesidades personales de los contendientes; sin embargo, esto no puede atribuírsele a la violencia ya que esta supone un abuso de poder por parte de un sujeto sobre otro siempre más débil o, cuando menos, indefenso. El fenómeno de la violencia conlleva una asimetría, una descompensación entre las características personales de los sujetos que intervienen en la situación.

Sin embargo ha de quedar muy claro que tanto desde una posición psicológica como desde una posición social – y más allá de la justificación cultural – la violencia existe cuando un individuo (o varios) impone (a sabiendas de su superioridad) su fuerza, su poder y su status en contra del otro, de modo que abuse de él, lo dañe directa o indirectamente, física o psicológicamente, siendo la víctima inocente de cualquier argumento que el “agresor” arguya para exculparse.