martes, 19 de junio de 2007

TRASTOPRNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN CON O SIN HIPERACTIVIDAD


Ponente: Francisco Díaz Atienza

El TDAH es un trastorno de causa aún no totalmente conocida aunque recientes estudios apuntan a que se trata de una patología de base neurobiológica y en donde pueden estar implicados factores genéticos y ambientales. Actualmente se considera que el Déficit de Atención con Hiperactividad está relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina

Este trastorno se manifiesta por tres grupos de síntomas: inatención, impulsividad, e hiperactividad. Dichos síntomas deben ser más frecuentes, intensos y duraderos que los propios de la edad y producir alteraciones significativas en la adaptación escolar, familiar o social. Se distinguen tres subtipos de TDAH:

a) Subtipo combinado, cuando se dan los tres grupos de síntomas;
b) Subtipo hiperactivo-impulsivo y
c) Subtipo atencional.

Los niños con TDAH son muy "movidos" e impulsivos, y tienen problemas para prestar atención y para concentrarse. Aún a pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos, movimiento constante de los pies o las piernas, etc.).
El TDAH es un trastorno del comportamiento relativamente frecuente pues alrededor del 5% de todos los niños. Afecta más a los varones (3:1). Cabe esperar que en un aula escolar normal se encuentre al menos un alumno que presente un TDAH. Es un problema que se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta, aunque los síntomas y en especial la hiperactividad suele atenuarse, produciendo gran malestar emocional al sujeto y familiares.

Un niño con TDAH que no recibe un diagnóstico y/o un tratamiento correctos tiene altas probabilidades de sufrir, a lo largo de su desarrollo, un notable deterioro de su rendimiento escolar, de sus relaciones familiares y de su entorno social.
Alrededor del 50% los niños con TDAH presentan además otras alteraciones (comorbilidad) siendo las más frecuentes el Trastorno Negativista Desafiante, los Trastornos de Conducta, Trastornos Emocionales (ansiedad, depresión) y Alteraciones Específicas del Aprendizaje (acalculias, dislexia...).

En la evaluación la entrevista a los padres es decisiva. Frecuentemente es difícil confirmar el diagnóstico de TDAH sólo con la entrevista del niño o del adolescente, ya que algunos niños y muchos adolescentes son capaces de mantener la atención y el control conductual mientras están en la consulta. Además, no es frecuente que perciban las dificultades propias, y no son capaces de referirlas adecuadamente. Son especialmente importantes las preguntas acerca de la historia familiar de TDAH, otros trastornos psiquiátricos, y problemas sociales (p. ej. pobreza, psicopatología parental o ausencia de ésta, conflictos familiares), dada su relación con el pronóstico. Hay que descartar la existencia de alteraciones sensoriales siendo conveniente además la realización de un EEG, hemograma y bioquímica que conlleve el estudio de la función tiroidea afín de descartar otras causas. El diagnóstico siempre es clínico y se debe recoger información de diferentes contextos relevantes en la vida del niño (familia y escuela). No es necesario ninguna prueba médica para corroborar el diagnóstico.
El tratamiento debe ser multimodal (médico, psicológico, pedagógico y orientación familiar). Los objetivos del tratamiento del TDAH son: a)Mejorar o anular los síntomas-guía del TDAH; b)Reducir o eliminar los síntomas asociados y, c) Mejorar las consecuencias del TDAH: aprendizaje, lenguaje, escritura, relación social, actitud/comprensión en el entorno familiar, etc
Los tres pilares básicos del son: a) Información exhaustiva a padres y profesores; b) Tratamiento farmacológico y, c) Tratamiento psicológico y psicopedagógico.
El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene que individualizarse en cada niño, identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada por el mismo. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes (en nuestro país el único disponible es el metifenidato) que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina.


Consejos para padres:
• Educar un niño con TDAH es una tarea difícil. Los padres deben prestarse apoyo, no culpabilizar al otro de lo que está sucediendo y ser coherentes. Confirme el diagnóstico de TDAH en su hijo mediante profesionales capacitados. No es que no quiera es que no puede.
• Llevar a cabo estrategias que faciliten al niño el desarrollo de sus habilidades sociales. No tienda al asilamiento familiar ni social.
• Provea a su hijo de un ambiente tranquilo, sin distractores y con un control y supervisión estrecho.
• Establezcan límites claramente delimitados.
• Haga un listado sólo de aquéllos comportamientos que considera más inaceptables, ignorando lo demás afín de no entrar en discusiones generalizadas y en guerras innecesarias.
• Establezcan consecuencias positivas o negativas claramente.
• Organicen y supervisen su agenda. Secuencie las tareas en partes con ligeros descansos.
• Recompensen a su hijo frecuentemente y en especial, de forma cercana al momento en que ha exhibido un buen comportamiento. Prefiera las recompensas (¡Qué bien que has hecho esto!) a los castigos (¡Nunca vas a cambiar!). Premien, alienten, aprueben y asistan más que corregir y castigar.

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